El por qué de este blog

Mi afición por la cocina -quiero decir, por la repostería- me viene de niño. Creo que todo comenzó cuando acompañaba a mi madre al supermercado y le hacía comprar aquellas cajas de repostería Royal (bizcocho, tarta de queso,"chantilly"...). Seguir las instrucciones mezclando aquellos polvos con agua o leche era como un juego. Y además no necesitabas ningún ingrediente más, todo estaba en aquella cajita...

Aquello despertó mi curiosidad por este mundo, y casualmente en casa comenzamos a coleccionar unas recetas de cocina que venían en formato ficha, y que mandaban a casa por correo todos los meses. Obviamente a mí sólo me interesaban las de la sección "postres". Intentar hacer alguna de aquellas recetas con 10 años era todo un reto, primero porque tenía que convencer a mi madre de que comprara cosas raras
(-¿levadura fresca? ¿qué es eso? ¿levadura Royal guardada en la nevera?) y segundo porque la elaboración no era tan sencilla, la cocina se ponía perdida, y el resultado siempre era similar... acababa en catástrofe.

No sé por qué, pero cada vez que "patinaba" con una receta aquello no hacía sino motivarme más, y volver a intentarlo. Aún me enfadaba más si alguna vez me salía bien, y luego no era capaz de repetirlo...

He mantenido mi afición por la repostería durante todos estos años, dedicándome a ello en mis tiempos libres con más o menos intensidad según el momento. Algunas conclusiones que he podido sacar en este tiempo, y que comparto con vosotros:

  • La repostería es "cocina de precisión", porque a menudo jugamos con reacciones químicas entre los distintos componentes (sí, suena un poco fuerte, pero es así). Por lo tanto, la cantidad, la temperatura e incluso el orden de mezcla de los distintos ingredientes es muy importante, y no podemos improvisar.
  • Hay cierta analogía entre la repostería y el bricolaje. Las herramientas son importantes.
  • La primera vez que haces una receta, prepárate para tirar el resultado a la basura. O dicho en positivo, una receta siempre te puede salir mejor. Esto no debe suponer un freno para no intentarlo, más bien al revés, cuando lo consigues, mayor es la satisfacción. No hay nada mejor que ver a mi familia disfrutando de lo que humildemente soy capaz de hacer. Y cuando te dicen que no hay quién se lo coma, pues lo aceptas. Lo importante es tener asumido que esto funciona así, y que cada nueva receta que incorporas a tu repertorio supone cierto esfuerzo. 
Obviamente el número de intentos para que un dulce salga bien es inversamente proporcional a la  información tienes. Hace algún tiempo mi mujer me regaló un curso presencial de repostería. Era la primera vez que asistía a uno (sí, soy un autodidacta, pobre de mí) y me dí cuenta de que no tenía nada que ver. Recetas en las que había fracasado una y otra vez intentándolas en casa delante de un libro de salían con toda facilidad frente al ejemplo del profesor. Esto me hizo pensar en la importancia de explicar con detalle ciertos pasos que en las recetas se dan por supuestos pero que, para los novatos como yo, son importantes.

Y aquí estoy, dispuesto a contaros lo mejor que sé aquellas recetas contra las que me he pegado una y otra vez hasta que he conseguido repetirlas con éxito. Haré hincapié en lo que "parece obvio pero no lo es", y aprovecharé para contaros también algunos trucos que se me han ocurrido para mejorar la elaboración de las recetas. Son detalles, a veces incluso artilugios caseros diseñados por mí. No pretendo sentar cátedra con esto, sino compartir experiencias y que entre todos mejoremos la técnica. Cualquier comentario, sugerencia de mejora o crítica será bienvenida.

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